martes, 29 de abril de 2014

Los tiempos del amor

¿Mejoran los hombres con el tiempo o no?

¿Cómo saber los tiempos del amor?
¿Cómo controlar sus tiempos?
¿Cómo saber si es el momento o si es demasiado temprano o ya demasiado tarde?
Los tiempos del amor los enseña el mismo tiempo, que aprende de la observación de la experiencia, de los pocos aciertos y de los muchos desaciertos.
Cuando uno ya tiene años tiene el conocimiento y la serenidad para actuar en los tiempos del amor, pero los tiempos del amor a esa edad son más escasos, se pasó en buena medida el tiempo.
Cuando uno es joven tiene la ilusión y belleza que empujan al amor, pero carece de la experiencia que sabe dirigir y encauzar al amor.
¿Contradicción o realidad de la vida?
Cuando se es joven se tiene ímpetu, pero falta la sabiduría.
Cuando se es mayor se alcanza la sabiduría, pero falta la ilusión de la juventud.
El amor, como la misma vida, tiene sus tiempos, entendámoslos, aunque muchas veces no sean fáciles de entender y menos de aceptar.
Y como en todo, hay variabilidad, hay diferencias, las hay en los tiempos del amor para los hombres y las mujeres. 
Las mujeres, más precoces, también comienzan antes a perder su atractivo, por contra, los hombres, normalmente tienden a ganarlo.

domingo, 20 de abril de 2014

Si el amor me elude, ¿le debo eludir a él?



Pues como él, el amor, me eludía, yo también, del mismo modo, hice lo propio, eludirle a él.
Si antes las cosas estaban bastante mal, no fueron a mejor, sino que fueron todavía a peor.
Es fácil deslizarse por la pendiente abajo de la desesperanza, la dejadez y de incluso la cobardía. Una vez tocado fondo, aunque uno nunca sabe si eso es el fondo del todo, es cómodo asentarse en este reino del lodo y de la desazón, pues aparentemente es más sencillo hacerlo mal que hacerlo bien y no poner remedio a ello, aunque esto último no sea del todo cierto.
Si cerramos nuestras ventanas a la radiante y hermosa luz del sol y nos creamos una noche artificial, tan innecesaria como inoportuna, pues el día y la noche tienen sus tiempos, tiempos que debemos respetar y no forzar, habremos comenzado a dejar de vivir y eso es ciertamente lo peor que podemos llegar a conseguir.
No seamos, como se expresa en Romeo y Julieta, secretarios de nuestros sentimientos.
 Tan apartados de sondeo y descubrimiento, tan reservados y cerrados para con nosotros mismos.

Tan apartados de sondeo y descubrimiento como el capullo mordido por un envidioso gusano, antes que pueda extender al aire sus dulces hojas, o consagrar su belleza al sol.

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miércoles, 2 de abril de 2014

El lado no romántico de algunas mujeres



Como la naturaleza de ciertas mujeres es especialmente voluble, no lo iban a ser menos sus sentimientos y sus deseos carnales.
Así, Marga soñaba con experiencias donde los hombres la tratasen sin respeto, sin ningún tipo de cuidado o miramiento. Quería simple y llanamente que la poseyesen, que la usasen, sin cariño, sin palabras de amor, con dureza y sin sensiblería o tacto alguno.
Y efectivamente de ese modo ocurrió.
Cuando pones un trapo tan fácil  lo más normal es que este sea zaherido,  y en último lugar desechado e incluso maldecido.

- Dame, dame, dame...

Y le dieron, vaya que si le dieron, no uno, ni dos, sino muchos, demasiados.
Las aventuras, cuando son demasiado locas, suelen acabar mal.
Y como sin respeto pidió ser tratada, sin respeto fue considerada. 
Los hombres, cuya fama es de que no tienen los sentimientos de una mujer, aunque esto esté bien lejos de la realidad, dan finalmente a cada cual lo que se merece. Pues valoran a las mujeres, como valoran a los hombres, por lo que ellas mismas se valoran  en sí. Y si la mujer no se valora, o considera que puede usar a otros a su capricho jugando con sus sentimientos para disfrute propio, entonces finalmente los hombres tomarán su revancha, y usarán a esta mujer como un objeto. La humillarán, como ella mismo dio pie a ser humillada, y, finalmente, la despreciarán y la abandonarán.