viernes, 2 de junio de 2017

El tiempo desperdiciado


Resulta sobrecogedor ver como los seres humanos se aferran a los últimos suspiros de su vida. Como pretenden alargarla aunque esa prolongación suponga continuar con un sufrimiento crónico en medio de una existencia ya realmente marchita. Y tal actitud entrando en claro contraste con la de dejar pasar oportunidades y momentos en el tiempo más oportuno. Cuando se debió aprovechar y consagrar lo que ante nostros estaba.
Valoramos a la vida, como a las personas y a las cosas, en términos de cantidad, no de calidad. Queremos vivir largos años, cuando lo verdaderamente importante es cómo se vivieron estos, no cuantos.
Mejor sería pensar que estamos en el día de hoy, que nos tenemos a nosotros, que estamos aquí y ahora, no en futuros imaginarios.
La vida es luz, no la apaguemos antes de que llegue su hora.
Y no robemos horas en el tiempo de la muerte, cuando debimos vivirlas en su momento presente.

2 comentarios:

  1. Ese aferrarse a la vida aún en el sufrimiento crónico, es algo a lo que no encuentro explicación y me resulta difícil de entender. No deja de impresionarme esa actitud luchadora, tal vez valiente? no lo sé. Lo mas sencillo es dejarse ir, rendirse.
    La ciencia prolonga vidas que han cumplido su ciclo vital pero realmente merece la pena? Habrá quien opine que sí, que quiere agotar todas las opciones posibles, todos los tratamientos, soportar todo el sufrimiento por ese hilo de vida. Y habrá quien opine ojalá la eutanasia fuese una opción viable para terminar sus días. Me inclino por esto último, mis luchas no van en esa dirección, mantener la vida a toda costa. Nacemos nos desarrollamos y morimos como todos los seres vivos y no es ninguna tragedia, es algo natural.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Qué bien lo dices y lo expresas.
    Creo que es el instinto biológico el que hace agarrarse a ese clavo ardiendo. Pues, no nos engañemos, no tenemos ninguna certidumbre, nadie la tiene, de que nuestra vida no se acabe de forma definitiva en ese momento. De todos los seres humanos que ya se fueron, nunca volvimos a verlos y se fueron unos cuantos.
    Seguramente esto es lo instintivo y lo valiente es vivir cuando se debió hacerlo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar